Nos casamos el 6 de junio de 2015 y siempre se me viene a la cabeza la misma imagen, cuando estábamos sentados en la mesa nupcial y podíamos contemplar todo el jardín y todas las mesas llenas con nuestros amigos y familiares, es uno de los mejores recuerdos.
Aunque al principio teníamos muchas dudas por el tiempo de si hacerlo al aire libre o no, al final acertamos de lleno, todo salió a la perfección, el jardín no podía ser más bonito para celebrar un día tan importante.
Agradecer a Gabriel todo lo atento que fue con nosotros desde el primer momento y estando pendiente de cada detalle para que todo saliera perfecto.
Lo único que cambiaríamos es que ojalá se tuvieran más horas para poder disfrutar de ese día tan especial.